Existen diferentes tipos de estaciones de recarga para vehículos eléctricos (VE), en función de quién las fabrica o dependiendo de si son para un uso privado o público. También constan de una gran variedad de formas y pueden montarse en la pared, en un poste, en las columnas o también pueden ser móviles. Además, funcionan con diferentes formas para autorizar la recarga. Actualmente, el método más común es una tarjeta con tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFID) que permite a los usuarios desbloquear el enchufe de la estación y proceder así a recargar el automóvil.
Dependiendo del sector donde se implemente (público o privado), deben cumplir con diferentes requisitos:
- Estaciones de recarga privadas
- Estaciones de recarga públicas
En el ámbito privado, las estaciones de recarga pueden instalarse en un complejo de edificios de viviendas, en centros comerciales, en tiendas, en restaurantes, en hoteles, en concesionarias de automóviles que cuentan con un taller para la reparación del vehículo, en bancos, en las compañías de seguros o también en las zonas de aparcamiento de las empresas. Dependiendo de las circunstancias, estos pueden estar abiertos al público o no.
Las estaciones de recarga públicas, en cambio, se instalan en las calles o en los aparcamientos públicos de los aeropuertos, en las estaciones de tren u otras áreas públicas.
Hay diferentes tipos de estaciones de recarga para vehículos eléctricos en el mercado. Normalmente, en las de uso privado los vehículos se recargan con una potencia de entre 3,7 y 22 kW. En las públicas se recargan con la modalidad de corriente alterna (CA) o con la corriente continua (CC) y con una potencia que varía de media de 3,7 a 50 kW.
