¿Los coches eléctricos contaminan?

Saber si los coches eléctricos contaminan, y si la respuesta es sí, cuánto contaminan, es muy importante para los diferentes conductores que escogen estos vehículos, así como en relación con su nivel de sostenibilidad. Lo cierto es que el motor de los coches eléctricos no emite gases de escape, ya que no requieren procesos de combustión para funcionar, lo cual se traduce en la disminución total de las emisiones de CO2, óxido de nitrógeno (NOx) y materia particulada (PM, por sus siglas en inglés): este es el motivo por el que a los coches eléctricos a menudo se les denomina vehículos cero emisiones, suponiendo un gran beneficio de la calidad del aire en los centros urbanos.  

 

Sin embargo, la cuestión no acaba ahí y también abarca las fuentes energéticas, así como la fabricación del vehículo y de sus componentes, comenzando por las baterías. Como veremos más adelante, incluyendo dichos aspectos en el análisis, la movilidad eléctrica se consolida como una movilidad sostenible.  

¿Cuánto contamina un coche eléctrico?

Preguntarse cuánto contamina un coche eléctrico conlleva una respuesta bastante compleja. El vehículo, como ya hemos explicado, no emite gases de escape. De hecho, los únicos componentes contaminantes debidos a su circulación provienen del consumo de los neumáticos al rozar el asfalto y de las pastillas para los frenos. Por ello, el análisis sobre el impacto ambiental del vehículo se debe buscar principalmente en las fuentes energéticas y en su fabricación.

 

En cuanto a la energía utilizada para proporcionar tracción al coche eléctrico, las personas que en Italia actualmente deciden recargar los coches en las infraestructuras públicas de Enel X Way (mapa de las estaciones de recarga) se benefician de energía proveniente al 100 % de fuentes renovables certificadas. Por otra parte, el objetivo Cero Neto de neutralidad climática en Europa para el año 20250 y el objetivo intermedio del paquete «Fit for 55» para el año 2035 están permitiendo incrementar la proporción de fuentes renovalbes de la combinación energética de las diferentes naciones europeas. En Italia, por ejemplo, se ha registrado un valor de FER (Fuentes de Energía Renovable) sobre el consumo interno bruto de energía eléctrica igual al 35 % en 2021 (fuente MITE), que habría sido incluso superior si la energía hidroeléctrica disponible no hubiera disminuido debido a la sequía. 

 

Estos mismos objetivos también están impulsando una producción más sostenible de los automóviles, y no solo de aquellos eléctricos. Además, algunos fabricantes de vehículos ya gozan de plantas de producción carbon neutral para sus vehículos eléctricos. Respecto a las baterías, en breve retomaremos el tema del impacto ambiental de estas últimas.

¿Un coche eléctrico contamina lo mismo que un coche de gasolina o diesel?

La comparación con los vehículos que cuentan con motores más tradiciones es muy importante para entender cuánto contaminan los coches eléctricos. Pues bien, dichos vehículos contaminan menos respecto a los de combustible en cualquier parte del mundo: así lo afirma un estudio llevado a cabo por el International Council on Clean Transportation (ICCT), según el cual las emisiones de CO2 de un coche de batería, desde la producción energética hasta el arranque del vehículo, en Europa son aproximadamente un 66-69 % inferiores respecto a un vehículo de gasolina de la misma categoría, un 60-68 % en EE. UU., un 37-45 % en China y un 19-34 % en India. Además, el mismo estudio prevé que en el año 2030 la diferencia entre los coches de batería y los de gasolina aumente, como se puede observar en la siguiente gráfica. De hecho, los coches eléctricos son los vehículos que contaminan menos.

¿Cuánto contaminan las baterías de los coches eléctricos?

La producción de baterías para coches eléctricos requiere importantes procesos de extracción de los materiales necesarios y de producción de los acumuladores. Hablemos de los factores productivos que son los responsables de su propia huella de carbono, destinada a reducirse enormemente gracias a la eliminación y reciclaje de los acumuladores: nuestros técnicos prevén que antes del año 2025 Europa logrará reutilizar 26 GWh de baterías, y que Italia reciclará 60.000 toneladas de baterías al año antes del 2030. Todo esto contribuirá a aumentar el nivel de sostenibilidad de la cadena de producción de los coches, eliminando las pérdidas en cuanto a eficiencia de la totalidad de la vida útil de los acumuladores.

 

Por otro lado, las baterías en desuso que todavía cuentan con una buena capacidad residual, comprendida entre el 70 y el 80 %, se pueden utilizar perfectamente como baterías de segunda vida para otros usos, sobre todo como sistema de almacenamiento. Por ejemplo, para almacenar la energía proveniente de instalaciones fotovoltaicas domésticas o para disponer de una reserva de electricidad para plantas industriales en caso de averías o de apagones repentinos, como sucede en la planta Enel de Melilla.

 

¿Cómo pueden reducir la contaminación los coches eléctricos?

Los coches eléctricos contribuirán enormemente a la descarbonización del sector de los transportes y, en Europa, permitirán alcanzar el objetivo Cero Neto previsto para el año 2050. Los núcleos habitados, en especial, contribuirán a mejorar la calidad del aire y a acabar con la contaminación acústica, proporcionando grandes beneficios para el bienestar psicofísico tanto de residentes como de conductores. Recordad cuando os quedáis atrapados en atascos, envueltos entre el smog y el rugido de los vehículos parados delante de vosotros: ¿acaso no os gustaría que fueran eléctricos? 

 

Como ya se ha observado en la actualidad, gracias a dichos vehículos se ha corroborado una reducción notable de las emisiones de CO2 desde la producción energética hasta el arranque del vehículo en comparación con los coches tradicionales, lo cual confirma el carácter sostenible de los coches eléctricos. Asimismo, la proporción de fuentes renovables de la combinación energética de los países europeos (y no solo de Europa) está creciendo, además, la producción de baterías también está destinada a ser cada vez más sostenible. Esto se logrará gracias a las técnicas modernas de eliminación y reciclaje de sus materiales, así como a la posibilidad de utilizarlas para otros usos cuando dejen de ser útiles para los vehículos eléctricos pero sigan conservando una capacidad residual moderada.

 

¿Se deberá producir más energía debido al uso de los coches eléctricos?

Malgastaremos menos energía, aunque produciremos más electricidad. Según un estudio reciente de BloombergNEF, se contemplan dos posibles situaciones para el año 2040: 730 millones de coches eléctricos circulando o incluso 1.000 millones.

 

En ambos casos se prevé un leve aumento del consumo de energía eléctrica, igual a un 7 % y a un 9 %, y de hasta un 15 % teniendo en cuenta los autobuses y los vehículos comerciales.

 

Entonces, ¿consumiremos más energía? No, ya que la eficiencia de los coches eléctricos, que supera el 80 %, o incluso el 90 %, duplica la de coches térmicos con los motores más eficientes del mercado. En pocas palabras, si gran parte del carburante quemado por los propulsores tradicionales se transforma en calor y no en energía cinética, en cambio, casi toda la energía utilizada por los grupos motrices eléctricos contribuye de manera positiva al movimiento del vehículo. De hecho, la eficiencia del motor eléctrico del coche es tan elevada que reduce al mínimo las pérdidas de energía.

 

Y lo mismo se puede afirmar en relación con la eficiencia de las baterías de los coches eléctricos, que alcanza hasta un 96 % en los acumuladores de litio, el estándar actual. En definitiva, casi la totalidad de la energía utilizada para recargar el vehículo efectivamente acaba almacenada en la batería.

 

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